La inflación anual llegó al 8.99% en febrero de 2023, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)
Por: María Espinoza y Anghel Espinoza
Perú sigue sumergido en una profunda crisis política y económica, tras la destitución y encarcelamiento de Pedro Castillo y el estallido de una ola de protestas que le han costado la vida a cerca de 60 personas en enfrentamientos con las fuerzas policiales y el Ejército.
Las manifestaciones que exigen el cierre del Congreso y la salida de la presidenta Dina Boluarte aún se mantienen en distintos puntos del país. En este clima de inestabilidad, se han estimado grandes pérdidas económicas por el cierre de comercios, el bloqueo de aeropuertos, carreteras y trenes, la suspensión de actividades productivas y los daños a la infraestructura y los servicios públicos.
Las pérdidas económicas son más difíciles de cuantificar, pero abundan los reportes de reservas turísticas canceladas, minas cerradas, alimentos que se pudren porque los camiones que los transportan quedan atrapados en las carreteras. Escasez y aumento de precios en algunas zonas del país son algunas de las consecuencias que ya se dejan sentir.
El director del Banco Central, Julio Velarde, advirtió desde el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que la crisis "no solo puede afectar el crecimiento económico, sino también la inflación" y podría contribuir al encarecimiento en el precio de los alimentos.
Antecedentes
En el contexto peruano actual, la inflación ha sido un tema de preocupación en los últimos meses debido a un aumento significativo en los precios de algunos bienes y servicios. Hasta febrero de 2023, la inflación anual llegó a 8.99%, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Anteriormente, la inflación acumulada en el 2021 fue del 8,78%, lo que representa una de las tasas más altas de la región.
Este aumento de la inflación se ha producido en un contexto de incertidumbre económica y política en el país. Desde noviembre de 2020, el Perú ha enfrentado una crisis política que ha llevado a la destitución de dos presidentes y a la elección de un nuevo mandatario, Pedro Castillo, en julio de 2021.
Además, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la economía peruana, con una caída del PBI del 11,1% en 2020 y una recuperación incierta en 2021. El sector turístico, uno de los principales motores de la economía peruana, ha sido particularmente afectado por la pandemia, lo que ha afectado a las exportaciones y el empleo.
En este contexto, la inflación ha sido impulsada por diversos factores, como el aumento de los precios internacionales de los alimentos y el petróleo, la devaluación de la moneda peruana frente al dólar y la escasez de algunos productos debido a las restricciones de la pandemia.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha tomado medidas para controlar la inflación, como la subida de las tasas de interés, pero esto también puede tener un impacto negativo en la economía y el empleo a corto plazo.
En resumen, el contexto peruano actual es complejo y está marcado por la crisis política y económica, la pandemia y el aumento de la inflación. Las autoridades económicas y políticas deberán trabajar juntas para encontrar soluciones efectivas que permitan estabilizar la economía y garantizar el bienestar de la población.
Malestar social
La inflación es un aumento generalizado y sostenido en los precios de los bienes y servicios en una economía, y puede tener diversos impactos en la sociedad peruana. Cuando la inflación aumenta, el poder adquisitivo de la moneda disminuye, lo que significa que la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar con una determinada cantidad de dinero se reduce.
Iván Alonso, consultor económico y financiero, declaró para este medio que llega un momento en que el poder adquisitivo se ha perdido de manera significativa y entonces la gente comienza a reclamar aumentos y las empresas comienzan a acomodarse a ello, pero esto llega con retraso. Entonces, en el camino hay una pérdida que afecta el bienestar de esas personas.
Otro de los impactos es el aumento de la pobreza, pues la inflación puede afectar a los hogares más pobres, ya que a menudo gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentos y en otros bienes básicos. Por otro lado, cuando la inflación es alta, puede haber una pérdida de confianza en la moneda, ya que la gente puede empezar a buscar otras formas de proteger su riqueza, como cambiar a monedas más estables o invertir en activos reales.
La inflación también afecta a la inversión y el crecimiento económico, ya que puede aumentar la incertidumbre y el riesgo para los inversores y las empresas, lo que puede desalentar la inversión y el crecimiento económico a largo plazo. Por último, para combatir la inflación, el Banco Central puede aumentar las tasas de interés, lo que puede desalentar el gasto y la inversión y afectar a los hogares y empresas con deudas.
Consecuencias a corto y largo plazo
Alonso comentó que la consecuencia a corto plazo más evidente es la pérdida del poder adquisitivo, que es algo que se experimenta todos los días y afectará a las personas de bajos ingresos por distintas razones. Primero, porque han subido más los precios de los alimentos y segundo, porque la inflación afecta a la gente que usa más efectivo, ya que los activos en efectivo se desvalorizan con la inflación.
Por otro lado, el consultor económico manifestó que la inflación a largo plazo produce una redistribución de ingresos de manera arbitraria. Explicó que la inflación se genera porque hay una expansión de la masa monetaria o del crédito, lo que beneficia a las personas que reciben los préstamos de esa expansión. Cuando la inflación continúa es porque hay nuevas expansiones que están dando la capacidad de compra o inversión a distintos grupos de manera aleatoria.
A largo plazo, esto va a producir una redistribución de ingresos y de riqueza entre la población sin que uno pueda señalar específicamente quién se benefició o quién se perjudicó. Es decir, no va a responder a lo que cada uno ha producido con su esfuerzo. “Es un proceso que puede ser corrosivo para una sociedad y para una economía”, dijo Alonso.
Precios que varían
El INEI realiza mensualmente un informe titulado “Variación de los Indicadores de Precios de la Economía”, en él se muestran diversos índices de precios entre ellos el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a Nivel Nacional, un indicador estadístico que mide la evolución de los precios. En este caso, el documento muestra la evolución de precios en el mes de febrero de 2023 con respecto a enero del 2023 y al año pasado.
En febrero de 2023, el Índice de Precios al Consumidor a Nivel Nacional subió 0,43%, observándose incrementos superiores al promedio nacional en seis divisiones de consumo: Alimentos y Bebidas No Alcohólicas 0,82%, Restaurantes y Hoteles 0,70%, Educación 0,69%, Bebidas Alcohólicas y Tabaco 0,67%, Bienes y Servicios Diversos y Transporte, ambos con 0,46%.
De tal manera, el sector que se vio más afectado por el alza de precios fue el de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas. Este registró un incremento de 0,82% por la variación de precios en carne con 4,9% en la que influyeron las alzas en los precios del pollo 9,8% (24 ciudades), también subieron carne de carnero 1,8% (11 ciudades) y chuleta de cerdo 1,1% (17 ciudades).
Asimismo, aumentaron los precios de leche, queso y huevos 1,5%, principalmente por el aumento de precios en huevos de gallina 5,8% (24 ciudades). De la misma forma, subieron los precios de frutas 1,0% destacando fresa 15,2% (12 ciudades), mango 10,4% (15 ciudades) y piña 7,9% (16 ciudades). También, subió el pan y cereales con 0,6% entre ellos harina de maíz (chochoca) 12,8% (3 ciudades), maíz morado 8,6% (17 ciudades), maíz seco cancha 5,2% (18 ciudades), entre otros.
Por otro lado, retrocedieron los precios de hortalizas, legumbre (11 ciudades), papa amarilla -17,5% (22 ciudades), papa blanca -9,0% (19 ciudades), ají amarillo escabeche -4,9% (14 ciudades), cebolla china -4,3% (16 ciudades), espinaca -3,9% (10 ciudades), brócoli -2,9% (16 ciudades), entre otros. No obstante, observaron alza hortalizas como poro 11,7% (4 ciudades), betarraga 10,3% (10 ciudades), arveja verde 7,4% (22 ciudades), haba verde 3,8% (9 ciudades) y legumbres secas como frejol canario 2,3% (12 ciudades) y lenteja 2,0% (15 ciudades).
Durante febrero de 2023, el bloqueo de los principales accesos a las ciudades repercutió en el desabastecimiento de diversos productos en los mercados a nivel nacional, siendo Puerto Maldonado la ciudad más afectada por el alto costo de los combustibles. Asimismo, Pucallpa, Abancay, Tacna y Cusco, todas ubicadas en la región sur del país.
En ese mismo mes, los precios al consumidor aumentaron en veinticinco ciudades, observándose las variaciones más altas en cinco ciudades, Puerto Maldonado con 2,44% y Pucallpa 1,34% en la selva sur; seguida de Tacna 1,19% en la costa sur; Abancay 1,14% y Cusco 1,09% en la sierra.
Asimismo, en el periodo comprendido entre marzo 2022 y febrero 2023, cinco ciudades muestran un comportamiento con tasas superiores al 11,00%, liderando el grupo se encuentra Puerto Maldonado 17,43% en la selva sur; seguido de Cerro de Pasco 12,27%, Cusco 11,82% y Puno 11,19% en la región de la sierra, así como Ica con 11,12% en la costa.
Posibles soluciones
Para Alonso, la receta para controlar la inflación es una sola, moderar inicialmente la expansión desmedida del crédito y luego pararla. Sin embargo, a veces esa receta es dolorosa porque significa cortar fuentes de crédito y paralizar ciertos negocios, lo que genera que el país pueda caer en una recesión. Agregó que es importante hacerlo, caso contrario la inflación se seguirá acumulando y generando la redistribución arbitraria de riqueza en el país.
Por otro lado, los bancos centrales pueden utilizar diferentes políticas monetarias, como el aumento de las tasas de interés, la reducción de la oferta monetaria, la regulación de la oferta y la demanda de bienes y servicios, entre otras.
La inflación puede tener diversos impactos en la sociedad peruana, afectando especialmente a las personas con bajos ingresos y a los sectores más vulnerables. Es importante que las autoridades económicas tomen medidas para controlar la inflación y evitar que se convierta en un problema crónico en la economía del país.
De tal forma, es necesario abordar las causas latentes, como los desastres naturales y la crisis política. El gobierno peruano también puede implementar políticas para mejorar la producción y distribución de alimentos, reducir el desperdicio y fomentar la inversión en la agricultura sostenible. En última instancia, es fundamental que se tomen medidas para garantizar que todos tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos a precios asequibles.
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