La reputación e independencia de la prensa en juego
DESCONFIANZA. La población no sabía si creer totalmente lo que los medios televisivos decían, ya que el sesgo de información era evidente. Aparentemente, algunos hacían campaña política a Keiko Fujimori y, programas con prestigio fueron puestos en duda, recuérdese el caso de Cuarto Poder. (Foto: LatAm Journalism Review)
El 70% de la población cree que los medios de comunicación favorecieron a un candidato en la segunda vuelta electoral y no fueron imparciales, según informó en junio el Instituto de Estudios Peruanos (IEP). El 84% señaló que la favorecida era Keiko Fujimori, mientras que el 10% indicó que el beneficiado fue Pedro Castillo. Esta percepción de la ciudadanía había ido en aumento, pues en mayo era de un 59%. Es así como esta situación innegable atentó contra el derecho de la información, una completa y no sesgada, que se merecen todos los peruanos. De tal manera, los medios televisivos peruanos fueron parcializados a favor de una candidatura durante la segunda vuelta electoral 2021, perjudicando su credibilidad, reputación e independencia.
En un principio, la posición de los medios de comunicación televisivos en la segunda vuelta electoral 2021 intentó ser neutra. Sin embargo, conforme pasaban los días, se notó una clara parcialización motivada por los intereses empresariales y políticos de ultraderecha o derecha de los canales de televisión. La aparente defensa a la democracia y estar en "contra de la dictadura" impuso un favoritismo a Keiko Fujimori en perjuicio de Pedro Castillo. Además de incumplir con el deber informativo en su cobertura periodística, se faltaron a normas éticas causando la indignación de la ciudadanía. De tal manera, la población no sabía si creer totalmente lo que los medios televisivos decían, ya que el sesgo de información era evidente. Aparentemente, algunos hacían campaña política a Keiko Fujimori y, programas con prestigio fueron puestos en duda, recuérdese el caso de Cuarto Poder.
“Cuarto Poder fue el único programa periodístico que logró captar audiencia con la calidad de investigaciones, confianza, que se habían ganado. La degradación de Cuarto Poder empezó desde la salida de Clara Elvira Ospina, cuando Gustavo Mohme, miembro del Consejo Directivo de América Televisión –en ese entonces–, denuncia que su salida –de Clara Elvira Ospina, despedida por Gilberto Hume– se produjo no solamente por negarse a favorecer a Keiko Fujimori en la cobertura periodística de la segunda vuelta, sino a seguir las instrucciones de apoyarla. Desde su separación, todo empezó a irse cuesta abajo. Miembros de estos paneles que analizan las cosas desde una óptica fujimorista y a favor del fujimorismo. Luego, el criptoanalista que intentó demostrarnos un supuesto fraude electoral con su Power Point, que no tenía sentido alguno, por el cual tuvo que pedir disculpas públicas después y luego otros hechos”, explicó Víctor Caballero, mejor conocido como Curwen en su video "Todo mal 005 - Se terminó" publicado en su canal de YouTube “El diario de Curwen”.
Evidente parcialización
Los canales de televisión América Televisión y Canal N cometieron faltas de equidad informativa, independencia, autonomía informativa y libertad de expresión durante las elecciones presidenciales 2021. El Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana declaró fundada la queja del Grupo La República en su contra. Este organismo reconoció que ambos medios televisivos cometieron hechos u omisiones, con respecto a la “falta de equidad en la transmisión de los eventos electorales correspondientes a los candidatos, cuya relevancia era equivalente para ambos contendores, como es el caso de los mítines de cierre de campaña”, “la transmisión con entrevistas a la salida de los equipos técnicos que acudieron al debate de fecha 23 de mayo de 2021 dirigida únicamente al equipo de una candidatura”, y la “omisión de contenidos noticiosos relevantes propuestos por la plana periodística por la sola consideración que podría afectar la candidatura de la Sra. Keiko Fujimori”.
FALTA DE ÉTICA. Canal N y América TV vulneraron la ética periodística durante segunda vuelta. (Foto: Jhon Reyes / La República)
Asimismo, fue relevante que Gilberto Hume despidiera a Carola Miranda y Carlos Fonseca, productores periodísticos de América TV y Canal N respectivamente; y aceptara la renuncia de ocho integrantes del equipo de Cuarto Poder y América Noticias Edición Central, quienes se opusieron a hacer una campaña favorable a la candidatura presidencial de Keiko Fujimori y en contra de Pedro Castillo.
“Nunca antes mi entorno cercano más favorecido me había exigido que deje el periodismo en un segundo plano y que me la juegue en cuerpo y alma por Keiko. Mi ‘tribu’ quería que ponga el periodismo solo al servicio de uno de los lados. Lo siento, pero no pude, ni quise hacerlo”, afirmó René Gastelumendi, uno de los periodistas que renunciaron, en su columna en el diario La República.
Los periodistas utilizaron tres cartas para expresar su desacuerdo a la falta de ética periodística, estas fueron utilizadas como sustento en la queja al Tribunal de Ética. Ellos observaron una parcialización de la noticia y demandaban una solución. Por ejemplo, en la carta del 11 de mayo, los reporteros de Cuarto Poder y editores y productores de América Televisión y Canal N manifestaron “que la credibilidad e imagen del programa Cuarto poder” estaría siendo afectada y resaltan que “el derecho y el deber a una información veraz e imparcial va más allá de cuestiones empresariales (...) demandan también “que se respete nuestro derecho a informar de manera plural a la ciudadanía, sin sesgos ni hostilización, reprobamos cualquier intento de autocensura”. Por lo tanto, la percepción de la población de parcialización era correcta y los periodistas querían deslindarse del sesgo de información por el daño a su imagen como profesionales.
Por otro lado, fue evidente en Canal N la parcialización de Mávila Huertas en su programa 20/21 cuando entrevistó a Cecilia Valenzuela. Ambas dieron a entender que serían imparciales. Según Patricia Salinas, “el peligro vendría en todo lo que informen, pues estaría ya con un prejuicio, porque ya tienen una posición tomada”.
El colmo de la desinformación
Los pedidos más peligrosos para romper con el orden constitucional han sido impulsados incluso en televisión de señal abierta. El comunicador Phillip Butters en Willax TV incitó en su programa a los simpatizantes de Fuerza Popular a “tomar Palacio de Gobierno”. Por esas declaraciones, el conductor ha sido denunciado de manera penal por el presunto delito de conspiración para sedición.
El pasado 31 de mayo, el programa de televisión “Beto a saber”, conducido por el periodista Beto Ortiz y emitido por el canal Willax, difundió publicaciones de redes sociales donde se cuestionaba la presencia de personas fallecidas en el padrón electoral de la ONPE e insinuaba que existía la posibilidad de un eventual fraude en las elecciones. Minutos después, otro medio replicó la información sin contrastar y periodistas como Milagros Leiva difundieron el contenido en sus propias redes sociales.
Al ser consultado por el tema, el politólogo Mauricio Zavaleta calificó la difusión de estos contenidos como una actitud “irresponsable” y de “mala fe”. El especialista señaló a Ojo Público, además, que para hablar sobre un eventual fraude se debería “tener pruebas basadas en una investigación”.
De acuerdo con Zavaleta, este hecho tiene similitudes con la desinformación propagada por sectores afines a Donald Trump durante la última campaña electoral de Estados Unidos. “La agenda de acusaciones de fraude del proceso americano es algo que, finalmente, una parte de la derecha peruana termina copiando”, dijo a Ojo Público.
A las mencionadas infracciones y la difusión de información falsa, se sumaron los calificativos que recibió el presidente del JNE, Jorge Luis Salas Arenas, el 14 de mayo. El conductor Beto Ortíz, de nuevo en la señal de Willax Televisión, dijo que la máxima autoridad de esta institución era un “juez rojo” y “terrorista”, por haber defendido, como abogado libre, a procesados por terrorismo. De esta manera, puso en duda la legitimidad de un organismo democrático, de un funcionario perteneciente a ella, alterando el orden público.
“En las elecciones generales 2021, Willax TV promovió las candidaturas políticas de Rafael López Aliga y Keiko Fujimori, organizó eventos abiertamente proselitistas como el evento del mitin del 26 de julio llamado “Gran Marcha ¡Respeta mi voto!”, atacaron los órganos electorales, invitaron a gente a protestar frente a la casa de las autoridades electorales, difundieron noticias falsas contra los observadores internacionales, difundieron noticias falsas sobre supuestos padrones adulterados, difamaron a los miembros de mesa señalados por el fujimorismo como supuestos cómplices de Perú Libre en un fraude que no se pudo comprobar, difundieron noticias falsas sobre el voto de personas fallecidas y voto de supuestos menores de edad, difundieron noticias falsas sobre el presidente de la República en la elección, mostraron armas de fuego en vivo para decir que si los ronderos podían marchar con machete, ellos podían marchar con pistola, hicieron una campaña para no reconocer los resultados electorales y hasta invitaron a la gente a tomar Palacio de Gobierno y sacar al presidente en pijama. Es un pequeño resumen de todo lo que han hecho”, sintetizó Curwen en su video “EL FINAL DE WILLAX”.
Asimismo, el periodista en su video “Todo mal 008 - Desagüe periodístico” manifestó del canal Willax:
“Se burlaron de la ley electoral, se burlaron del Reglamento de Publicidad Política, (…) disfrazaron publicidad política con entrevistas que sucedían prácticamente a diario. Hicieron lo que quisieron para apoyar a los candidatos que habían seleccionado y al final, por supuesto, perdieron. Recuerden que el fallido viaje a la OEA para buscar que se realice una auditoría en nuestro país para verificar que hubo fraude electoral fue todo un fracaso. Y los dos únicos medios que lo trasmitieron fueron Willax y América Televisión, quien en este momento se encuentra muy cerca de su calidad informativa”.
Es que es verdad, las innumerables y casi a diario conversaciones en sus programas con Keiko Fujimori y/o representantes de Fuerza Popular les hacían campaña política, porque se promovían sus ideas, sus propuestas, sus defensas y se notaba que estaban a favor de ella. Incluso otra periodista del canal, Carla García, en una entrevista, le dijo que iba a votar por ella. Además, Beto Ortiz y Phillip Butters se mostraban a su favor, tanto así que incitaron a desconocer los resultados electorales, a decir que hubo fraude electoral en las elecciones presidenciales, una completa desinformación.
Por todo ello, la Fiscalía les abrió el 5 de julio una investigación de 30 días (a Ortiz y Butters) junto al director del canal Willax, Enrique Luna Victoria, y a otros políticos (que también desinformaban en sus apariciones en Willax TV) por conspiración para sedición, grave perturbación de la tranquilidad pública y asociación ilícita para delinquir. Asimismo, el presidente Pedro Castillo escribió un documento al Ministerio de Transportes y Comunicaciones reclamando el correcto cumplimiento de su función, pues permitieron la desinformación en canales como Willax.
PRESUNTAMENTE CONTRA LA LEY. Denuncian penalmente a Rafael López Aliaga, Beto Ortiz, Phillip Butters, Jorge Montoya, entre otros personajes por presunta conspiración para sedición.
Algunos periodistas, incluso el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) se pronunció en contra del escrito del presidente Pedro Castillo y en contra de la investigación que se está realizando contra dos periodistas de este canal. Es entendible cuál es la intención de sus pronunciamientos: hacer un espíritu de cuerpo, defender la libertad de expresión. Sin embargo, lo que ha hecho Willax en televisión todo este tiempo no es libertad de expresión, no es emitir una opinión, ni difundir un comentario al respecto. Lo que han hecho, además de lo político, son campañas abiertamente en contra de la salud pública en el Perú (pusieron en duda la efectividad de la vacuna Sinopharm, animaron a consumir Ivermectina), han hecho campañas abiertamente políticas activas para favorecer a ciertos candidatos. Todo con absoluta impunidad y ninguna autoridad llegó a pronunciarse por todo el contenido que se difundía en este canal hasta ahora.
Actualmente, uno de los periodistas (Beto Ortiz) se fue a México porque supuestamente está siendo perseguido, dice que tiene una persecución política por sus opiniones y sus investigaciones. Y se debe aclarar que, si bien existe la persecución política contra periodistas en el Perú, lo que está sucediendo con Willax está muy alejado de eso. Ellos no son periodistas perseguidos por sus investigaciones o por sus opiniones. Son gente que trabaja en un medio de comunicación que tiene distintos intereses políticos y económicos que han formado parte de esta estructura y hoy están sufriendo las consecuencias de sus actos.
Recientemente, la Fiscalía terminó la investigación preliminar y llamó a declarar a Phillip Butters, al director del canal Willax y a los otros políticos. Aparentemente, se salvó Beto Ortiz, quien se encuentra en otro país. No sé sabe si lo excluyeron de la investigación o no lo llaman porque esta fuera del Perú. De igual forma, no debería quedar impune lo que hizo, de ninguno. La libertad de expresión es un derecho, al igual que la información. Y faltaron a ella, a deberes éticos, a la Ley de Radio y Televisión, artículo 2, inciso e, el principio rector de una “la libertad de información veraz e imparcial”.
Su deber informativo
Primero, es preciso recordar los primeros cuatro artículos del Código de Ética del Colegio de Periodistas del Perú:
Buscar la verdad en razón del derecho del pueblo, conocerla, sean cuales fueren las consecuencias para sí mismo.
Ajustarse a la más rigurosa veracidad en el trabajo, ser honestos y fieles cumplidores de la difusión de la verdad; brindar una información completa, que permita al pueblo orientarse correctamente sobre el acontecer económico, social, político, científico, cultural y deportivo.
Defender la libertad de información y los derechos que ésta implica; la libertad del comentario y de la crítica, la independencia y la dignidad de la profesión.
Publicar informaciones y documentos cuyo origen haya sido plenamente verificado, sin suprimir, desnaturalizar, ni añadir hechos que puedan tergiversar la información.
Relacionado a ello, la periodista de la República Claudia Cisneros habló de la labor informativa de esta profesión. “El periodista es, precisamente, el que no debe callar. No solo porque es quien debe intentar ordenar el caos informativo que fluye tras un evento así, sino porque es su deber conservar la lucidez y ética para que la narración informativa que se va produciendo en su espacio de comunicación refleje proporcionadamente la realidad de las cosas”.
Con respecto a la posición editorial de un medio de comunicación frente al deber informativo, Zuliana Lainez, secretaria general de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), manifestó:
La cobertura informativa como tal no debería verse permeada por la posición editorial. Todo lo contrario, tiene que responder a principios que son fundamentales. Tiene que responder a la pluralidad, a dar un equilibrio en una segunda vuelta y hacer coberturas que permitan que sean proporcionales a ambos candidatos. Una cosa es la posición editorial que se explicita en los espacios de opinión y otra cosa es la cobertura informativa. Al periodismo le faltando ese principio fundamental. (Fundación Gustavo Mohme Llona, 2020, p.1).
La buena cobertura informativa es un ejemplo de ética en el periodismo. "La ética periodística nace de la ambición de los periodistas en la búsqueda de ser un profesional de excelencia” (IPP, 2020, p.1). Quien la ejerce es un importante agente socializador que influye en la formación de valores, creencias, hábitos, opinión y conductas en la sociedad. Por ello, el periodista entiende la información como un bien social por lo que la trasmite con responsabilidad, imparcialidad y veracidad. Por ello debe actuar, bajo cualquier circunstancia, con un sentido ético personal asumiendo un papel esencial en la difusión de acontecimientos.
¿Y ahora, quién podrá salvarlos?
Ellos mismos. Y la autorregulación. Según Marco Sifuentes, “la autorregulación de los medios debe ser necesaria”. Los mismos periodistas y medios de comunicación deben tener canales que funcionen para la denuncia y queja de vulneraciones a la ética. Solucionar y fiscalizar en el mismo medio y a través de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión, el Consejo de la Prensa Peruana, la Concortv y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
A raíz de estos problemas de parcialización de medios, el MTC aprobó un nuevo Código de Ética el 22 de junio para la prestación de los servicios de radiodifusión televisiva y sonora de señal abierta. Rige para aquellos todos los canales de televisión de señal abierta, quienes ya tienen código de ética pueden adherirse voluntariamente y quienes no, se adscriben automáticamente. En otras palabras, Willax TV ya tiene un código de Ética y las personas pueden quejarse gratuitamente, sin necesidad de un abogado, por escrito, por teléfono, por correo electrónico y página virtual.
En definitiva, hubo parcialización en los medios de comunicación televisivos, la cual ha dañado su credibilidad. Y no solo eso, también su reputación e independencia puesta en duda con mayor fuerza, surgiendo términos como “prensa mermelera”, “prensa vendida”, etc. Todo ello no hace más que perjudicar el derecho a la información plural y veraz que deberían defender y que los ciudadanos estamos exigiendo. Por lo tanto, su deber informativo debe fortalecer la democracia y contribuir al desarrollo de la población. Los medios de comunicación televisivos no deben olvidar que además de los intereses empresariales y líneas editoriales que pagan sus salarios, las audiencias brindan confiabilidad, respeto y sintonía a los programas periodísticos. El equilibrio, imparcialidad, veracidad y conocimiento deben marcar la pauta de ahora en adelante.
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